En medio del abismo estelar, flotaba en silencio, se sumergia en la inmensidad cósmica, sin gravedad que la retuviera, se sentía libre, como una partícula suspendida en el tiempo. Observaba galaxias distantes y nebulosas resplandecientes, maravillada por la belleza infinita. Sus pensamientos se desvanecían en la inmensidad, fundiéndose con las estrellas. Allí, en ese espacio solitario, encontró serenidad y una conexión profunda con el cosmos. Era una mujer flotando en el espacio, pero en su interior, se había convertido en universo.
UNIVERSA
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